Es duro buscarte la vida de por sí, con lo que puedes, sin hacer daño a nadie. Hay días desesperantes, que desearías no vivir, porque lo necesitas y no encuentras nada. Pero sigues porque es tu sustento.
Hay gente que te insulta, se mete contigo, y lo pasas peor, se te hace el día más duro. Cuando me insultan intento no responder, no girar la cara, sigo mi camino. Sería una pérdida de tiempo responderles. Un día iba con la bici y uno me iba cerrando el camino con el coche. ¿Y si me pasa algo físicamente, cómo voy a poder dar un plato de comida a mis hijos?
Otras veces es el lado contrario de la moneda. Una vez me hice sangre en la mano y un señor se paró y me ofreció un kleenex, se preocupó por mí. Es una gotita de esperanza que haya gente que te comprenda, que te intente ayudar, no económicamente, que sin conocerte se acerque. Eso me anima y hace que no sea el día tan duro.
Conmibiciazul, Madrid