soy alguien

img_2693.jpg

*Traducción del original en portugués (abajo).

¿Levantar la cabeza?, ¿para qué? Si todo lo que veo es dolor, sufrimiento, injusticia y necesidad. Si, a mi alrededor, veo adultos apenas sobreviviendo, despertándose, saliendo para el trabajo pesado para volver con un salario mínimo a final del mes, sin otras perspectivas. Jóvenes siendo espectadores del desmoronamiento de sus propios sueños, uno detrás de otro, completamente impotentes por la falta de oportunidades. Niños recibiendo una basura de educación y siendo criados para no ser protagonistas de sus historias.

Me siento sin fuerzas. Me siento en la oscuridad. Me siento sin ninguna motivación.
¿Levantar la cabeza?, ¿para qué? Ya sin sueños, ya no tengo más esperanza. Un día la tuve, pero ahora todo ha cambiado. Cuando era niño, veía el mundo con las lentes del optimismo, tenía esperanza de ir en el futuro a la universidad y ser un profesional. Pero hoy, que el futuro ha llegado, estas lentes son oscuras y todo lo que veo es oscuridad. Hoy, ya no sueño más y creo que soñar es solo perder el tiempo.

Si el mundo no tiene un lugar para mí, me pregunto ¿por qué existo?, ¿por qué estoy aquí?, ¿qué es lo que aún me hace levantarme de la cama y recibir el día de hoy?, ¿qué es?

Costó mucho pero hoy lo descubrí: ¡eso es fe! Me lo pueden quitar todo, pero no pueden quitarme mi fe: fe en Dios, en mi familia, en mis amigos, en las personas que tienen la misma fe en mí; fe en la vida, en un mundo mejor, más justo, más humano; fe en el amor de mi madre y en su lucha incansable para ver a sus hijos en el buen camino; fe de que ser alguien en la vida es tener dignidad y no éxito.

Entonces, levanto la cabeza porque tengo fe, porque soy un ser humano como tú y puedo ser feliz y tener una vida digna también. Exactamente como mi madre me crió, aún pasando por todas las dificultades que ella pasó. Soy obra de ella y de la fe que la mantuvo de pié. Soy fruto de todos sus esfuerzos y esperanzas. Soy alguien.

João Guilherme da Silva Simpolis con Mariana Guerra, Petrópolis


 

Levantar a cabeça pra que? Se tudo o que eu vejo é dor, sofrimento, injustiça e necessidade. Se, a minha volta, vejo adultos apenas sobrevivendo, acordando, saindo para o trabalho pesado para voltar com um salário mínimo no final do mês, sem outras perspectivas.

Jovens sendo expectadores do desmoronamento de seus próprios sonhos, um atrás do outro, completamente impotentes pelas faltas de oportunidades.
Crianças recebendo um lixo de educação e sendo criadas para não serem protagonistas de suas histórias.

Me sinto sem forças. Me sinto no escuro. Me sinto sem motivação nenhuma. Levantar a cabeça pra que? Já sem sonhos, não tenho mais tanta esperança. Um dia já tive, mas agora tudo mudou. Enquanto era criança, via o mundo com as lentes do otimismo, tinha esperança de no futuro fazer faculdade e ser um profissional. Mas hoje, que o futuro chegou, essa lente é escura e tudo o que vejo é escuridão. Hoje já não sonho mais e acho que sonhar é só perda de tempo.

Se o mundo não tem um lugar para mim, me pergunto por que existo. Por que estou aqui? O que é essa coisa que ainda me faz levantar da cama e receber o dia de hoje. O que é isso?

Custei muito, mas hoje descobri: isso é fé! Podem tirar tudo de mim, mas não podem tirar a minha fé. Fé em Deus, na minha família, nos meus amigos, nas pessoas que têm a mesma fé em mim. Fé na vida, num mundo melhor, mais justo, mais humano. Fé no amor da minha mãe e na luta incansável para ver seus filhos no bom caminho. Fé de que ser alguém na vida é ter dignidade e não sucesso.

Então, levanto a cabeça porque tenho fé. Porque sou um ser humano como você e posso ser feliz e ter uma vida digna também. Exatamente como minha mãe me criou, mesmo passando por todas as dificuldades que passou. Sou obra dela e da fé que a mantinha de pé. Sou fruto de todos os seus esforços e esperanças. Sou alguém.

João Guilherme da Silva Simpolis con Mariana Guerra, Petrópolis