gobernanza e innovación

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Con el 2017 inicia también la andadura de la nueva delegación general del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo. Isabelle Perrin renueva su compromiso de liderazgo en calidad de delegada general. Martine Le Corre, Bruno Dabout y Álvaro Iniesta Pérez asumen por primera vez esta responsabilidad, los tres en calidad de delegados generales adjuntos. Se trata por tanto de un equipo nuevo que habrá de asumir durante cinco años lo que nosotros llamamos la animación del Movimiento ATD Cuarto Mundo, un movimiento de personas desarrollando acciones contra la pobreza en casi 40 países de todos los continentes y en el ámbito de las instituciones internacionales. El equipo ha sido nombrado mediante un proceso de discernimiento que se prolongó durante más de un año y reunió a 20 miembros de diferentes países que recibieron la responsabilidad de establecer un diálogo —con el fin de nombrar a la delegación general y definir su mandato— con el conjunto de los miembros de ATD Cuarto Mundo.

Desde sus inicios, ATD Cuarto Mundo explora caminos de innovación en lo que se refiere a la toma de decisiones y el nombramiento de personas para responsabilidades precisas. A lo largo de los años, hemos tratado de no utilizar como herramienta la votación, sino de buscar vías que sean capaces de incorporar las ideas minoritarias a los procesos de toma de decisiones. Esta búsqueda de una nueva gobernanza reconoce la debilidad intrínseca a lo que se decide por medio de una votación: la victoria de la mayoría deja fuera las ideas albergadas por las minorías; si perdieron, ya no necesitan ser tomadas en cuenta. Desde luego, las democracias han encontrado maneras de contrarrestar esta debilidad, en particular a través de los llamados movimientos sociales. Pienso, por ejemplo, en la lucha contra la segregación racial que toma fuerza en Estados Unidos a partir del año 1955. El Movimiento por los Derechos Civiles trataba entonces de combatir una legalidad injusta protegida por un gobierno democrático legitimado por la mayoría, encontrar una manera de hacer avanzar un pensamiento minoritario que reivindicaba igualdad de derechos para todos los ciudadanos, fueran estos blancos o negros. Este ejemplo notable subraya la importancia del pensamiento minoritario para el avance de nuestras sociedades. Por supuesto, no daría mi acuerdo a todas las ideas minoritarias —como tampoco a todas las mayoritarias—, y sin embargo me entusiasma la idea de encontrar caminos para tomar decisiones que incorporen desde el principio el pensamiento minoritario, su originalidad, su valentía, su punto de partida distinto, su capacidad de confrontar lo establecido, su potencial de innovación.

Existe un vínculo muy estrecho entre la búsqueda de ATD Cuarto Mundo en cuestiones de gobernanza y la lucha contra la pobreza. Joseph Wresinski, fundador de ATD Cuarto Mundo, trabajó a lo largo de toda su vida para que la inteligencia de los que se encuentran en situación de pobreza fuera tomada en cuenta en todos los ámbitos, no sólo para la erradicación de la pobreza sino para el conjunto de los desafíos a los que el mundo se enfrenta. «Es imprescindible —decía Wresinski en 1980 ante un comité científico en la UNESCO— dar un lugar al conocimiento que los muy pobres y los excluidos tienen de su condición y del mundo que les impone tal situación, rehabilitar ese conocimiento como único, indispensable, autónomo, complementario a toda otra forma de conocimiento, y ayudarlo a desarrollarse». Los más pobres tienen una experiencia del mundo que necesita ser reconocida; pero no sólo tienen una experiencia, los más pobres tienen también un conocimiento y un pensamiento nunca tomado en cuenta o aprovechado por nuestras sociedades. Con el objetivo de profundizar esta idea, ATD Cuarto Mundo inicia en los años 90 un proyecto piloto que pone en diálogo tres tipos de saber: el saber de los que han vivido la pobreza y la exclusión, el saber de las personas que están comprometidas y trabajan junto a ellos, y el saber de los científicos. El proyecto experimenta las condiciones necesarias para que se produzca un verdadero cruce de saberes y el alumbramiento de un saber nuevo construido colectivamente. Los frutos de este proyecto piloto influyen de manera muy importante el concepto de participación plena y han inspirado posteriormente numerosos trabajos de investigación sociológica o política.

El cruce de saberes —como proceso— se relaciona a la vez con la producción de conocimiento y con las cuestiones de gobernanza. En relación a esto último, ATD Cuarto Mundo lleva décadas explorando un modelo de gobernanza basado en la noción de têt ansamn, expresión en criollo haitiano que se traduce como “cabezas juntas”. Se trata de una búsqueda que persigue desarrollar la participación y la co-responsabilidad de todos los actores, y hacer uso de todas las inteligencias al servicio del bien común y el de cada uno; una búsqueda —un proceso, y no ya un territorio conquistado— fundada a la vez en el reconocimiento de la inteligencia de cada uno —de la importancia de trabajar a partir de todas las ideas, también las minoritarias—, y en la necesidad de alcanzar una visión común sobre los retos que podemos asumir juntos; un modelo de gobernanza que nace del convencimiento y la experiencia de que la suma de las cabezas de todos no es solamente el número total de cabezas, sino una cabeza totalmente nueva: una inteligencia colectiva que es mucho más capaz y tiene mucha más potencia para identificar las valentías que podemos vivir juntos, lo nuevo que podemos crear.

No cabe duda de que esta forma de gobernanza es mucho más trabajosa que las que depositan su confianza solamente en el sufragio o en la jerarquía de poderes. Lograr gobernarse de este modo necesita de la invención y re-invención de procesos de participación muy exigentes para nuestras —a veces pequeñas—habilidades para las relaciones humanas, para los hábitos de las jerarquías de acción y pensamiento, para la repartición del poder y, sobre todo, para la muy compleja cuestión del reconocimiento mutuo. Sin embargo, esta búsqueda es también mucho más fructífera para el aprovechamiento de todos los talentos y la innovación.

Mi trabajo en el seno de ATD Cuarto Mundo me ha llevado muchas veces a estar en situación de participación en procesos de toma de decisiones, otras muchas a estar en situación de co-animar este tipo de procesos. Puedo decir con enorme entusiasmo que rara vez la conclusión de estos procesos ha coincidido con mi idea de partida: ni con lo que yo creía al comenzar que era conveniente decidir, ni con lo que pensaba que podríamos alcanzar juntos. No creo que se trate de una falta de juicio por mi parte, sino más bien que el fruto de lo colectivo es sorprendente siempre para cada uno de los participantes: no son unas ideas las que ganan el pulso a otras ideas, sino ideas nuevas naciendo; no es tampoco una negociación que alcanza un punto de la línea más acá o más allá, sino la creación de una línea nueva. Desde luego, la creación y el nacimiento son siempre sorprendentes. Si expreso mi entusiasmo en relación a los frutos de este tipo de procesos, lo hago también sobre el proceso en sí mismo, sobre su capacidad para hacernos crecer en reconocimiento mutuo, en libertad de escucha, en creatividad, en confianza en nuestras ideas, en potencial de eficacia a largo plazo, en originalidad individual y colectiva. Añado además una última razón para mi entusiasmo: haber tenido la oportunidad de experimentar este tipo de procesos de participación de las inteligencias de todos, me lleva a confiar fácilmente en los frutos de otros procesos de esta naturaleza, aun si yo misma no he participado. Si un grupo de personas suficientemente diverso ha construido las condiciones para la participación de todos, especialmente de los que aportan ideas minoritarias y de los más pobres, yo puedo confiar en los frutos de su trabajo.

A través de los años, ATD Cuarto Mundo ha trabajado mucho para superar los obstáculos para la plena participación —entre otros: los miedos personales y colectivos, el acceso desigual a la información, la experiencia de cada uno de ser o no escuchado, o la desigualdad en la oportunidades que cada uno ha tenido para profundización su propio pensamiento—. No podemos decir que hemos alcanzado nuestro ideal, pero estamos seguros de estar en búsqueda permanente para construirlo, y de que avanzamos. La composición de nuestra nueva delegación general y su mandato es el fruto de uno de estos procesos reuniendo a personas en un verdadero esfuerzo por cruzar sus inteligencias —compendio de experiencia, pensamiento y sensibilidad — y por pensar también junto a muchos otros. Es sólo una expresión más de nuestro esfuerzo cotidiano de gobernanza têt ansamn, pero no deja de ser un testimonio sobresaliente de nuestra voluntad de transformar el mundo practicando alternativas en carne propia.

Como bien puede imaginar el lector, este texto pretende no sólo ser alegre bienvenida para los miembros de la nueva delegación general: Isabelle, Martine, Álvaro y Bruno, sino sobre todo servir para animar a otros a buscar y experimentar nuevos modos de gobernanza y producción de conocimiento. La lucha contra la pobreza y la promoción de los derechos humanos necesita, sin lugar a dudas, de procesos que aseguren la participación de la inteligencia de todos, en particular de los más pobres. Pero no sólo eso, el mundo entero —las escuelas y los hospitales, los gobiernos locales y nacionales, los partidos políticos y nuestras familias, las instituciones internacionales, la poesía y todas las artes, las empresas y las universidades…— necesitan de estos procesos que permiten a cada ser humano dar lo mejor de sí mismo y expandir su potencial. Creo muy sinceramente que de estos procesos nacería la innovación que el mundo verdaderamente necesita.

Beatriz Monje Barón, Ciudad de México

en twitter @beatriz_monje_

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En Ciudad de Guatemala, grupo de trabajo para la definición del mandato de la delegación nacional de ATD Cuarto Mundo.

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Miembros de ATD Cuarto Mundo en Montreal trabajando para generar propuestas sobre un proyecto de ley sobre el acceso al sistema de salud nacional.

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Miembros de ATD Cuarto Mundo en Dar es Salaam en co-investigación sobre el tema «Educación para todos».

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Foto de grupo al concluir una reunión entre el Sr. Ban Ki-Moon, entonces Secretario General de la ONU, y miembros de ATD Cuarto Mundo de diferentes países del mundo.

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